Un estudio geofísico es una herramienta poderosa, pero su mayor valor se alcanza cuando se complementa con estudios geotécnicos y geológicos. Así es como interactúan:
- Estudio Geológico (Contexto Regional): Proporciona la base conceptual. El geólogo identifica la geología regional, tipos de rocas, estructuras principales (fallas, pliegues) y la historia geológica. El estudio geofísico utiliza este conocimiento para seleccionar las técnicas más adecuadas y para interpretar las anomalías detectadas en un contexto geológico real.
- Estudio Geotécnico (Verificación Directa y Parámetros Cuantitativos): Involucra la perforación de sondeos, la toma de muestras y la realización de pruebas de laboratorio directas sobre el suelo y la roca. El estudio geofísico ayuda a optimizar la ubicación de los sondeos, dirigiendo las perforaciones a zonas de interés (anomalías) o a puntos representativos del subsuelo. A su vez, los datos geotécnicos de los sondeos se utilizan para calibrar y validar las interpretaciones geofísicas, permitiendo asignar propiedades ingenieriles a las anomalías detectadas de forma indirecta. Por ejemplo, una alta resistividad detectada geofísicamente podría correlacionarse con una roca sana confirmada por un sondeo geotécnico.
En resumen, la geofísica ofrece una visión amplia y no invasiva del subsuelo, la geología proporciona el marco interpretativo, y la geotécnica brinda la confirmación directa y los parámetros ingenieriles específicos. Juntos, ofrecen una comprensión robusta del terreno.